La noche mágica esconde mi mundo.
Extiende sus alas, burlándose del silencio. Nubes de ríos y vientos de cachemira
me llaman en la distancia
más allá de la. eterna primavera.
Mares celestes, estrellas dispersas, brillantes perlas en el reino de la luna.
La noche es corta, y prefiero caminar en el borde transparente, ocultando sueños,
oyendo el latido del corazón.
Una última vibración se escapó del sonido viajero, y desde el mar abierto comprendí lo que significa el silencio.
Todas las estrellas se agruparon, y el furioso viento se calmó.
La luna brilla ahora, con una luz blanca sofocada,
porque hemos compartido con un solo toque,
el mágico aleteo que me libera de las púas
y me eleva hasta el borde mismo
de tu cama.
y me eleva hasta el borde mismo
de tu cama.
/ Ana Galindo /
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