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jueves, 15 de junio de 2023

CiTa


Usted y yo

tenemos una cita pendiente.

No importa si es mayo o febrero.

Sé que ese día lloverá,...

sin miedos.

Yo le haré café, y usted me hará la vida.

                                                    /AnA / 

[Fotografía tomada de Pinterest]









sábado, 1 de abril de 2023

Llegas

Ilustración Gabriel Pacheco

Llegas.

Como la lluvia
algunas tardes;
con un rumor
suavecito
de agua clara...;

y dan ganas
de bailar
descalza y niña
sobre la hierba
fresca y temprana.

Llegas.

Y yo te espero,
detrás
de mi última inocencia;
a hombros
de mi insistente esperanza.


/AnA GaliNdo/

viernes, 21 de octubre de 2022

Acógeme



Acógeme en el silencio de esta mañana. 
Guarda mis memorias, cultiva mis recuerdos.

Toma mi nombre (el que no pronuncias)
y reúne mis secretos.

Llévalos contigo, mientras andas... 

Despacio, recorre el camino
(hacia adentro).

Y siente
… que la vida nos acompaña.

"Ahora"
ya es
"Siempre"

/AnA GaLinDo/ 

[Fotografía tomadas de Pinterest]


miércoles, 28 de septiembre de 2022

No SoY

 


Yo no soy esta casa,

ni esta planta que esconde semillas
y se quedan horas mirando llover,

hora tras hora
náufragas del agua
de este aguacero
en medio de la nada
cuando acecha la noche,

en esta húmeda tarde
que es un puerto abierto
a un derrame de voces,
que guarda miradas,
y emana silencios,

sobre todas las cosas,
sobre todas las casas, 
que acogieron las noches 
fragmentando mi voz.




En este poema que  no soy, 
intérprete de un grito eterno, 
se hacen ahoras todos mis apellidos,
mis yos eternos, mis linajes
estelares
mis credos privados,

y siento que hablan, 
mis yos y los otros
que sin comprender el lenguaje 
han inmigrado a mi sangre.




Todo sucede aquí, como confidencias fecundas, 
desde hace muchos siglos hacia adelante 
en espirales de círculos puros,
saciados en un trance femenino, 
donde mi existencia y yo se conjugan;

y me renuevo libre 
a partir de un mundo inesperado
y fatal. 

Desde aquí,
nos vamos creando juntas en rebeldía.

/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]


domingo, 17 de julio de 2022

S-aNa-cióN y T-iem-Po



 El tiempo no curó ninguna herida

Las curaron las madrugadas en las que luché con mi mente.

Las curaron los silencios que me hicieron escucharlo todo.

Las curaron los abrazos que me di a mí misma,

y ese rayo de sol que acarició mis penas.

Las curaron las noches que no me atreví a rendirme.

Las curaron los poemas que comencé a deshacer,

dando espacio a los propios paréntesis y a los  puntos y finales.

Las curaron las letras que no leí y las palabras de compasión recién inventadas.

Las curaron las caricias que otorgué a mis miedos,

cuando diagnostiqué que no conocía otra forma mejor de amarme.

Las curé cuando me pedí perdón por todo el daño causado,

cuando te pedí perdón por incluirte en mi vida

para vivir una historia donde no cabían más cuentos.


Las curé YO cada vez que, a pesar de todo,

SONREÍ.



El tiempo, solo fue 

un cómplice complicado

un compás arrítmico

un amante imaginario

un cáliz amargo

un aria de plegarias

un bucle con quebrados.

Mis momentos de expansión

mis causas elevadas

una visión

un argumento

mi mejor manifiesto.

Mi reconexión.


/AnA GaLinDo/ 

[Imágenes de álbum personal]

Texto e imágenes con @copyrights


jueves, 24 de marzo de 2022

Despertar. Inercia


Al despertar, somos lo que recordamos. A veces incluso nos lleva unos instantes de espera.

El color de las  sábanas; 
la hora de la madrugada,
el ruido de una moto que pasa.
El lugar del agua sobre la mesa.

O lo que otros recuerdan de nosotros.

Una música susurrante.
Un color de barra de labios.
O alguna que otra silueta sensual.

La memoria tiene curiosos atajos  y, en ocasiones, termina siendo una película que vemos como si fuéramos ávidos espectadores. Cinéfilos de historias ajenas.

Imaginamos finales felices;
enojos salvables; 
distancias sutiles; 
mentiras discretas.

Los recuerdos de lo que fuimos tienen la misma tendencia que la luz, la misma estrategia: intentan siempre ir hacia delante. 
Matizando colores y difuminando tinieblas.

Porque, muchas veces, mirar hacia atrás es querer saber quiénes, realmente, somos Ahora.

O  sorprendernos de quienes creímos ser.

Y entonces despiertas. Para recordar el aroma del café que te espera impaciente y que absorbes en el porche, mirando extasiada lo que ocurre hacia afuera esbozando, sin esfuerzo,  una casi imperceptible sonrisa.


 /AnA GaLinDo/ 

[Ilustración Patrick Gonzales ]


  

martes, 8 de febrero de 2022

La Sombra Y la RaMa.



La rama se fue desviando del tronco
que contuvo, por memorias ancestrales,
toda la geografía del paisaje
contenido en el valle de la tristeza.

¿Cómo suponer que después de tantos vientos, 
después de tanto, de ir y venir por cuatro mares y sueños,
que un frío bloque  pintado de blanco
le sirviera de asiento para volver a crecer?

Como la niña sin nombre, 
de la que nadie se acuerda,
arañó en el suelo el sustento y el agua
que paliaran el hambre y saciaran la sed.

Ya no eran los  paisajes,
abiertos del Bósforo, ni las ruinas de Egipto,
ni aquella barcaza paseando entre flores y azules,
ni la rama que palia el  calor de un ron tropical.

Los mapas se enrollaban cerrando las puertas,
ventanas sin lluvia y vientos de alerta.

La rama se fue desviando del tronco

rasgando su espalda con ansia 
para armar de nuevo una luna
alejando las  sombras perversas
que la vieron sin vida
 y la dejaban morir.

Excusas de barro,
para troncos enojados y malqueridos
que solo miraron su miedo 
en aquellos paisajes que ahora ignoran cómo alimentar.

La rama airada,
cansada y helada, se fue alejando hacia la nimia bengala
que siempre colgó de su vientre.
La sangre y la suerte.
La vida ya no es arte,
solo un paisaje donde sostenerse
habitando el amor.

A medida que sobre la hierba anochece,
todo se va borrando, todo desaparece.
La boca, que recuerda un dulce nombre y lo nombra.
Una piel blanca y un tacto rosa.

Y en medio de este oscuro silencio, de esta calma,
ya no sé si es la sombra quien hizo desprenderse a la rama
o si es la rama encarnada la que ignoró hastiada a la sombra.



Dedicado a todas la sombras que durante los años de encierro ignoraron a la rama. 

Dedicado a todas las personas malqueridas a quienes olvidaron nutrir sin la mínima piedad.

/AnA GaLinDo/ 

[Fotografía Oriol Jolonch© – El bosque]



martes, 25 de enero de 2022

LluVias InSanas


Ll ueven.....
hojas agriadas de árboles
en bosques que claman silencios.
Llueven
  los pájaros negros de los girasoles,
huyendo del rayo que quema sus lienzos.
 
Ll ueven.....
peces globo rozando el mar,
ahogados en algas, paisajes desiertos,
Llueven
plásticos en la profundidad,
desgarrando sus escamas.
 
Ll ueven.....
estrellas del cielo,
huyendo del frío glaciar.
Llueven 
brillantes arco iris,
porque el cielo no quiere soñar.

Ll ueven.....
 paisajes azules,
como cascadas sobre la naturaleza;
rosas despojadas de espinas;
sueños que no tienen dueña.

La Tierra evoca su aliento,
y aquí, sentada en mi nube,
aún sigue lloviendo....
Se olvidó de parar.


/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]









domingo, 7 de noviembre de 2021

Se me pasa...



Y seguiremos definiendo la poesía;

tu mirada y mis sonrisas; 

tus puentes y mis puertos; 

y alguna esquina del corazón.


Que sean feroces las melodías

y que suene alegre el silencio

de esta única estación. 


/Ana Galindo/


miércoles, 28 de abril de 2021

CuAndo Fui LluVia


HaCe tieMpo, recuerdo, fui lluvia

y caí en forma de aguacero cerca de tus lágrimas,
en una tarde gris de invierno.
Tú me recogiste y sembraste unas flores
en la jardinera que hay junto a mi ventana.

Hace ya, cuando yo fui lluvia fina,
quise aCariciAr la cara de tus espejismos
para refrescar sus mejillas y humedecer, 
sin acierto, la sequedad de tus ojos.
Tú me observabas a través de una ventana
con melancólica nosTalgiA de otros días regados.

SieNdo lluVia, también me derramé sobre el mar,
con una gran fuerza y ruido.
Entonces, creo, se elevaron los acantilados
y crecieron los océAnos,
y llegamos a pensar que aún vivíamos más aislados
en  la dorada arena de la misma PlaYa.

Pero cuando fui lluVia, de eso sí me acuerdo, no paraba de llover,
en  un cuarto vaCío, de un ya solitario lugar.
Yo era gotas y me convertí en láGrimAs.
Tu cara y mis gotas se mezclaron con tu rostro.

Me acuerdo cómo lloraba.
Y ya sin consuelo.

Hace aHora dos TorMentaS

he comenzado a  diseñar puentes,
y a saLir al SoL para secar mis MieDoS.
Me he hecho, para re-construirme,
inGeniera de caminos, diSeñaDora de paisajes
Y aRquitecTa.
Para ir cómo y dónde me dé el gusto.
-Sin lluViaS ni MieDoS-
Y hacer en cada HueCo del camino mi CaSa y HoGar.

Ya ves. Así están las cosas.

Ya no amo a través de otros ojos.
Ya no miro sin ver.

Ya no quieRo ser LluViA
sino para FloReCeR.


/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]



lunes, 22 de marzo de 2021

Ignorancia

 



Hubo un ayer 
en el que siempre vaciabas tu dulzura
en esa copa de vino 
que compartíamos de la mano
olvidados del tiempo y de los acantilados 
que podían devorarnos.

Una felicidad prestada, 
sin pedir mucho a cambio.

Pero a cada gota de lluvia, 
que intentaba no ver, 
dejaste de regalarme tus versos
para anotarlos en otras esquinas
doblegadas  y complejas.

Fue entonces cuando comencé
a comprender mi ignorancia.

Que algún día llegarías a quererme
sin preguntas.
Y algún día llegarías a quererme,
aún,
sin respuestas.

Ese día yo me querría también.
En realidad me quise siempre y,
por eso,
dejé de preguntarme y responderme.




Y aquí estoy observando cómo,
ya, 
había comenzado a intuir
que todas las preguntas y las respuestas
estaban y están en mí.
Y que no importaban, ni importan, demasiado
si hubieras aprendido cómo quererme bien.

Y tal vez me adivinas diferente.
Ni más bella, ni más inteligente,
ni más precavida, ni más osada.
Diferente.
O más yo que nunca.

Y, ahora, yo también 
a pesar de mi ignorancia
quizás te mire diferente.
Ni más guapo, ni más sensato, ni más pensativo,
ni más maduro.
Diferente. O más tú que nunca.




Quizás me volví más etérea. 

Más aire que fuego.
Más hielo que siempre.
Más sed que antes.
Más fuente que agua.
Todo el silencio y la soledad juntas.

Para convertirme en mi mejor compañía.

Y tú puede que andes en tu mundo,
desconocido para mí por mi ignorancia,
sobre cielos teñidos de todas las nostalgias que elegiste.
Cielos opacos que terminan en una galaxia
en la que no quiero existir, ni existiré nunca.



Y supongo que se emborronan las escenas.
Y ya no tengo dudas.
Y ya no me importan las preguntas.
Ni  me importan las respuestas
ni todos mis interrogantes
que, jamás,
querré conceder.

Y fue en este momento de amor incondicional 
que di un  saludo de bienvenida a mi vida,
para poder perdonar de una vez por todas
mi inexcusable ignorancia
y compartir conmigo esa copa de vino,
a ser posible,
ignorando aquellos incisivos acantilados.



 /AnA GaLinDo/ 

[Ilustraciones Anke Merzbach ]


  

jueves, 17 de diciembre de 2020

Las largas noches del hambre


¿Recuerdas,
ahora que encajó la luz sobre las piedras
para incendiar de color el camino,
como era aquello de andar perdidos?
¿Te acuerdas,
del frío y de la escarcha
escondidas en las grietas de los riscos,
las mismas que nos miraban tristes 
con nuestro paso sin rumbo, abatido?

¿Olvidaste
los días largos del hambre,
nombrando las horas y el color de las piedras,
masticando, sin saber por qué, 
el  gris de la niebla?

¿Cuántas veces
salimos a buscarnos
entre meandros oscuros
cuando solo alumbraba una estrella opaca,
desprendida de algún cielo mejor?

Ahora que susurro en este claro de la alameda,
sin que escuchen los lobos,
¿te acuerdas como eran
las largas noches del hambre?



/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]

domingo, 28 de junio de 2020

Espera



Me he detenido
a mirar las hortensias
vencidas por los días,
atravesadas
por el sol de la mañana.


Toda la luz del mundo
entra en mi patio,
atraviesa la tierra,
llega hasta la silla
donde te pienso ahora.



/AnA GaLinDo/ 



[Imagen de Patrick Gonzales]

viernes, 22 de mayo de 2020

Mis PieRnaS



[Me decías que te gUstaban mis PieRnas]

Las mismas que se
enredaban en ti.

Las que te siguieron de cerca.
Las que se conVirtieron en coLa de sirEna para nadar por tus aGuas 
y bucear por tus miedos.


En almohadas aZules para tus suEños.
En columNas sedosas...donde fijar
penSamientos



[el oscuro objeTo de deSeo
vestidas de neGro]

Ahora caminan sin más. 
Firmes y fuertes por esta improvisada cerTeza.

Ya no atienden al coro de haLagos o letras.

Sostienen, en orFandad, el día y la noche,

en perfecto derroche

de amapolas y pieDras.

Y ya no tienen destino que naVegue a ningún puerto.
Ni a los álaMos, ni a los bosques, 
ni a las celindas, ni a los alMendros.

Ahora se mueven despacio, con meLancólico acierto
entre el siLencio y la calma, 
entre el mar y el desierTo.

Donde alcanZar la quietud
que captura el momento perFecto.


/AnA GaLinDo/ 

[Fotografía álbum privado]


domingo, 19 de abril de 2020

Hueles a rocío...




Hueles a rocío y a hierba fresca,
como manantial de primavera.

Sin esperar a la cita
emprendiste el camino,
y nuestro universo se paró,
atento a tu latido
desde el mismo momento
que tu nombre
le dio sonido
al silencio, y tu rostro
luz a nuestro infinito.

Hueles a caramelo
y recuerdas al trigo.

Y ahora mi mano quisiera
dormir sobre la tuya,
mi niño.






Hoy cumple 6 meses el niño de mis ojos.





/AnA GaLinDo/ marzo 2020



[Imagen Marina MGalindo ]

lunes, 2 de marzo de 2020

Nubes de barro


Hay nubes buscando patrones
de trajes a medida para una inquietud.
Pasan despacio observando
cada mensaje disuelto en tus labios
y cada suspiro que ablanda tu pecho.

Con ojos de amor dibujan materias
y le dan forma de hijo, de hombre,
o de escarcha.
Construyen albergues con el barro de la lluvia
donde poder plantar helechos, verlos florecer y derramarse,
sobre las aristas de un cuerpo deshecho.



Mis nubes pasean despacio por este escenario
donde conservo las imágenes intactas
dejando pasar centellas de sol
que mitigan los días más fríos
y dispersan los ruidos del viento.

(Llevo, aún así,  la cicatriz de quien lo ha perdido todo
por un temporal a destiempo)

Pero, como todo el que vive de nubes,
yo también aprendí que mi cielo
ha conseguido negociar un acuerdo,
que es apenas la suma
de todas las brisas que me han devorado,

dejando en el aire esta nube de versos.


/Ana Galindo/  2020

[Imagen vía https://www.tumblr.com/ ]



lunes, 14 de octubre de 2019

Entre visillos

Es esta misma ventana,
este aire, 
casi idéntica luz.
Pasábamos tardes enteras,
moldeando con barro pequeñas esferas
que echar a volar tras los cristales
y que tocaran las nubes
-esos azules cambiantes-
para soplar
y soplar,
y volar lejos
-Y volar-

Incluso llegaron las lluvias,
que mirábamos silenciosas tras las frágiles cortinas
viendo pasar a los pájaros en su huida hacia el sur,
sin apenas vacilar en su empeño,
añorando absortas su ascenso.
Y volar
y surcar el cielo.
-Y vivir-
Ahora queda el tul
del visillo que apenas cubre
un delicado aliento;
se fueron los malos presagios,
algunas lágrimas perdidas
y el recuerdo de ciertos abrazos sedientos.

También queda el azul,
para difuminar los recuerdos violáceos,
y comprobar que somos la misma lámina
-acuarelada y transparente-
que absorbe la luz reflejada en el papel,
despierta
para incendiar de rojos los cielos,
para soplar con sueños las fraguas,
para surcar los campos de hielo,
y vivir
-vivir-
en esta ventana de luz
sin escarcha,
sin inviernos.

/Ana Galindo/
Fotografía @anagalindo_

Mi vida con Marina

viernes, 23 de marzo de 2018

Palabras



Cada palabra se desliza sobre las otras
pero ninguna es suficiente
para componer un silencio.
Lo saben desde siempre los pájaros
y lo murmuran las azucenas.


El vacío nunca fue extenso
porque el todo
ya está construído.
Es la historia de un mundo,
y por qué no,
pudiera ser
la historia de un poema.

/AnA GaLinDo/

Ilustración de Joan Kocak


miércoles, 5 de julio de 2017

La playa de los años





"Tú señalaste, una a una, las gaviotas,
que ahora planean en tu cielo azulino,
contando el ruido de las olas, 
que en su vaivén acompasado...
buscaron ser algas
y quieren ahora ser barcos,

para besarte y envolverte,
y que luego te eleves 
y crezcas
en las mareas de la playa 
de tus años"



Ana Galindo

A Marina



lunes, 26 de junio de 2017

Redes invisibles



Mis manos van tejiendo una gran telaraña de encaje.
Basta tocar un hilo para atrapar tu imaginación.



Ana Galindo. 2017
Serie: "Manos que inspiran, mujeres que crean"


[Imagen vía https://www.tumblr.com/ ]