miércoles, 20 de abril de 2011

NueVa YorK /DiaRio de ViaJes/

Nueva York desde el Empire State. Foto de M MG


A mis árboles, que me llenan de vida
Árboles, jacintos y tulipanes en la 34 con Broadway

23 comentarios:

escarcha dijo...

lo bueno es que encontraste el verde en el alma de cemento.
hermoso texto y bellas las fotos mujer
UN SALUDO

Unknown dijo...

el monstruo en los puentes de acero no sobreviviría sin algo de verde para respirar, Tus palabras alientan perfume entre los "ríos de lava". Un beso

Unknown dijo...

Dentro de ello rescatar, alejar, dejar distante es soledad vale todo ello.... linda poesia amiga felicidades siempre...

saludos
linda semana
abrazos

TORO SALVAJE dijo...

Cada vez quiero más árboles y menos cemento.

Besos.

Gerardo dijo...

Deseo que tu alma navegue siempre entre jacintos, tulipanes y celindas,nunca caminarás sola.
Te quiero mi vida.

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Supiste verla ciudad por fuera y hasta por dentro y escudriñaste en el alma viva de un monstruo gigante en el que también has descubierto sus ternuras.
Un beso
Cest la rentree!!

Antorelo dijo...

Pessonalísima descripción de la ciudad. Excelente texto.
Un abrazo

Uka. dijo...

Es una ciudad,como bien dices,fría, quizá demasiada piedra.Allí no tienen la mentalidad del colorido que tenemos por aquí.Sin embargo...es preciosa e impresionante.Menos mal que saben de lo necesario que es el verde para respirar,¿verdad?
Bonitas fotos.Espero que lo pases genial.
Beso grande para ti.

Eric Lavergne dijo...

Hola Anna.Perdón si por falta de tiempo no comento cómo se lo merece tu poesía.Sólo de momento darte las gracias por el muy placentero momento pasado descubriendo esta casa tuya.Espero poder volver con más tranquilidad para disfrutar de tu arte.
Un cordial saludo.

Camy dijo...

Una ciudad en la cual nadie se puede sentir extraño, la diferencia se convierte en normalidad.
¡añoro volver!.
un beso

Ricardo Miñana dijo...

Siempre es un placer pasar por tu casa, disculpa la ausencia,
deseo pases unas felices fiestas
de semana santa.
un abrazo.

Tatiana Aguilera dijo...

Ciudad de piedra, poder y rascacielos. Yo amo los árboles y las flores, allí se encuentra el verdadero cobijo.
Un beso, que lo sigas pasando de maravillas.

inespoe@gmail.com dijo...

hermosas fotos ¡Ojalá pueda conocer New York algún día!

Pluma Roja dijo...

Bello canto a la naturaleza, aún perdida en un bosque de cemento.

Besos.

Me voy y no me voy, no puedo irme. Mi proyecto está esperándome tengo que hacerlo ya.

Besos.

Yessi dijo...

Hermosa la poesia que despliega e inspira tal paisaje....y lo que no puede faltar, esa ultima imagen.

Un fuerte abrazo.

Patricia dijo...

Me encanto como la describiste, es hermoso el poema!
saludos,

Marisa dijo...

En cualquier rinconcito
del alma siempre habrá
sitio para sembrar lo
que llena el corazón.

Besos

El Drac dijo...

En tu poema se advierte el choque de tu sentir con la ciudad repleta de urbanidad; sin embargo la imagen d elos tulipanes y jacinstos te reconcilia con tu escencia. Un abrazo

Ojosnegros dijo...

Es precioso tu poema de hoy y esos árboles siempre dándonos tanto cobijo.
Esa soledad la quiero yo, me gusta.
Muchos besos Ana.

Unknown dijo...

Querida Ana: la ciudad nos devora en su ritmo pero nos permite seguir siendo nosotros mismos cargados de emociones en la "interminable soledad".
Un beso

julia rubiera dijo...

esta asturiana sin esperar ser molestia se queda en tu magica morada cuajada de sensibilidad y belleza, un besin

D. Herque dijo...

No creo que nada pueda alejar el perfume de tus lirios ni el tacto de la greda de las palabras que hablan de tu casa y de tu lluvia.

Beso.

Gerardo dijo...

Amo el trozo de tierra que tú eres,
porque de las praderas planetarias
otra estrella no tengo. Tú repites
la multiplicación del universo.

Tus anchos ojos son la luz que tengo
de las constelaciones derrotadas,
tu piel palpita como los caminos
que recorre en la lluvia el meteoro.

De tanta luna fueron para mí tus caderas,
de todo el sol tu boca profunda y su delicia,
de tanta luz ardiente como miel en la sombra

tu corazón quemado por largos rayos rojos,
y así recorro el fuego de tu forma besándote,
pequeña y planetaria, paloma y geografía.