domingo, 6 de febrero de 2022

La HoJa de AcaCia


Hacía tiemPo que ella no salía a pasear sola. Desde que se fue, todo se quedó un poco confuso en su mente cansada. Esa tarde llovía despacio, y no usó el paraguas para dejar que el agua se paseara por su rostro.

Miraba hacia el suelo intentando comprender cómo las gotas de lluvia se reunían en charcos, y vibraban brillantes al mismo compás.

Sentada en su banco, una hoja de acacia vino a posarse a sus pies. Era una pequeña hoja amarilla (casi ocre tal vez), lánguida y desgastada. Por un instante su atención se concentró en la figura que tenía a su lado, muy cerca de aquel aguazal.

La hoJa, pensó, habría tenido antes una vida diferente. Aquella hojuela elíptica y ámbar en otro tiempo debió lucir un azulado verdor. Quizás también hubiera disfrutado de una vida repleta, en la cumbre del árBol, formando brotes frescos cuajados de olor. En su juventud, incluso, estuviera al lado de flores blancas formando racimos de mágicas coPas. O tal vez vivió en sus ramas extendidas, dibujando en el aire torTuosas figuras.

Imaginó su vida altiva de lozanía, su elegancia natural cuando el aire la moviera; su gracil saludo a los pájaros que se posaban cerca de ella, para cantarle bellas canCiones de amor. Esbozó sus días radiantes, su poRte erguido, su fresco esplendor.
Y ahora estaba ahí, en el suelo, reposando tranquila y descansando en sus pies.

Tal vez un Viento inconsciente la arrancara de golpe de su holgado aposento, zaranDeándola por el aire, sin apenas pieDad.

O tal vez cayera soltando sus manos de aquel troNo elevado, que también tenía espinas, para sentir por sí misma lo que era volar.

¿Quién sabe?

Ella recogió esa hoja de acacia, la guardó con cuidado en su libro y la llevó a su casa azul.

Ahora ella y la hoja viven tranquilas, en aceptada aRmonía y estimulante quietud. A veces toma su hoja, saca sus pinceLes y la intenta pintar. Así, la espera se hace sencilla creando colores colmados de luz.

La hoja, agradecida, posa para ella, señala las letras en sus libros y le relata poemas. No siente nostalgia de tiempos pasados, y sonríe en silencio en ésta, su casa azulada, donde vive plácidamente muy cerca del mAr.


/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]


12 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Si la pintas la perpetúas, por eso se deja pintar. Besos, precioso relato.

Saludos cordiales.

Ana Galindo dijo...

Otra historia de hojas...Siempre encuentro inspiración. Tu hoja y mi hoja ya tienen su historia.

Cecilia dijo...

Hermoso relato, le vas dando pinceladas a la historia y el resultado final es un cuadro muy emotivo.
Besos.

Patricia Angulo dijo...

Qué bello cuento.

Dice una vieja canción "todas las hojas son del viento, porque él las mueve hasta en la muerte, todas las hojas son del viento, menos la luz del sol"

Somos tenues hojitas a merced del viento.

Me encantó!

Tatiana Aguilera dijo...

Siempre la naturaleza nos inspira, tiene un lenguaje de colores y sabores, en éste caso esa hoja fue muy especial.
Un beso.

Juan Gerardo dijo...

Dos hojas de árboles diferentes volaron por el viento sin saber que se encontrarían.

Sus vidas se cruzaron en un camino florido y con una vereda verde.

Ahora vagan juntas por los bosques, por los cielos y por el mar azul.

Gracias por la acacia. La guardo en mis libros queridos que están en mi casa que es la tuya.

Denis Calaber dijo...

La hoja de acacia es una pequeñita y casi insignificante. en tu cuento ha crecido de tamaño y se ha convertido en poesia.

Reme dijo...

Felicitaciones por tu cuento. Me ha encantado y me ha hecho soñar.

Besitos.

Volveré por aqui

Ecos SoÑaDos dijo...

Que hoja mas especial...mne gustaria que contaran asi mi historia.

Saludos desde el alma

Azul Mar dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Siento como si se pudieran traspasar fronteras, espacios, tiempos...y llegar al corazón con suavidad.
Ana

MIMOSA dijo...

Mi querida Ana, bello relato, calas hondo con tus palabras, como pequeña hoja que lleva el viento, vuelo ansiosa a leer tus cuentos, y quedarme junto a tus letras, mirarme en tu mirada, palpar los sentimientos que frágilmente en tus versos descansan.
Dulces besos.

LEONORCITA dijo...

Un relato muy intenso. Las hojas, los objetos, las personas, todo tiene tras de si una historia que nos hace "entender" o "sentir" donde se encuentran.

Besos.........Leo