lunes, 24 de agosto de 2020

Escapada sin sombras




[/Atrapada en mi caverna, debido a las circunstancias de mi  prisión,  me hallo condenada a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a mis espaldas.
Si alguna vez fuese liberada e invitada a volverme hacia la luz de la hoguera, contemplaría, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que esta es causa y fundamento de la primera que está compuesta solo de apariencias sensibles./]
(Basado en "La Caverna" de Platón)

Sin pensarlo, libre de este mundo de sombras,
y alejada del cautiverio de esta pesada reclusión,
dibujo una realidad que por un momento se vuelve cercana 
y que intento atrapar como flash de memoria,
para que ciegue mis ojos y no olvidar.
 
Dormir debajo de un árbol.
Mirar al cielo y buscar estrellas para contarlas.
Pisar la hierba mojada.
Pisar la luna.
Estar en la Luna.

Volver a sentir la brisa del mar.
Volver para sentir la brisa del mar.
Disfrutar de las olas sola.
Disfrutar de las olas contigo.
Pasear por la playa. Volver.

Una terraza, y una ronda para conversar,
con un paseo de ida. Y un paseo de vuelta.

Una voz de un niño a tu lado, 
cuando siempre buscamos silencios.
Un vino tinto sin nombre en el porche
Una siesta entre sábanas blancas.
con las ventanas abiertas, oliendo a jazmín.

Y luego, tu mano.
El olor a humedad. El olor a sol y a sal.
La luz que se filtra y te despierta para poner una mesa
con un pan  de semillas y el olor 
de la ropa de un bebé que te abraza.
Las nubes, a la velocidad de las nubes, cuando quieren dejar entrar al sol.

Subir cuatro pisos.
y ordenar cinco camas.
Reír.
Leer juntos. Sentarnos en un escalón.

Recoger la cocina. Fregar la loza.
Esconder secretos para descubrirlos pronto.

Esperar. Escoger el siguiente lugar del mundo 
donde poder seguir en otra terraza y desdoblar otras sábana.

Para avanzar.
Irse.
Volver.
Y envejecer amando.

Intentar no volver a cruzar más cavernas,
ser consciente de todas esas pequeñas cosas.

Empezar a ser consciente de que todas esas pequeñas cosas son la vida.

Que todas esas cosas nunca fueron las sombras, y que no nos las pueden contar.

/AnA GaLinDo/ 

[Fotografías tomadas de Pinterest]



Platón describió​ en su alegoría de la caverna, un espacio cavernoso en el que se encuentran un grupo de hombres prisioneros desde su nacimiento, con cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos se encuentra un muro con un pasillo y seguidamente, y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que esta es causa y fundamento de la primera que está compuesta solo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, ... identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es propio",​ metáfora que encarna la idea de bien.
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que estos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Plantón nos dice que estos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad, con lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.
Wikipedia y Mari M-B.

1 comentario:

hanna dijo...

Tu texto es grandioso, todas esas pequeñas y grandes cosas de la vida que tanto necesitamos y extrañamos, y quizá nos dimos cuenta que antes no las valoramos. Besos