Cada día, después del amanecer, una letanía de alientos, me rescata de la profundidad. Las perlas de rocío que dejan las aguas de los mares azules, y las gotas de lluvia color azahar, redimen mi liviano cuerpo, y con ingrávido ímpetu vuelve a flotar.
[Libre]
Armo, con paciencia, mi casa de helechos, sin puertas y sin techos, con muebles de musgo y como alfombra en el suelo... un rojo coral.
[Sana]
Así, cada mañana, como quien se zambulle y renace, me limpio de costras y recojo las ostras que pueblan mis aguas; bordo en mi ropa peinetas con perlas, encajes de algas, y esponjas marinas.
[Limpia]
Y cuando cae la noche, me despojo de iras, de reproches antiguos, de palabras sin rimas y versos incompletos. Entonces mi esencia se eleva, renovada y contenta, y vuelvo de nuevo a nadar. En la marea del día. En los azules del mar.
[Fuerte]
/AnA GalinDo/
DiaRio de AmaNeceres. PropósiTos